Un joven convicto austríaco echaba tanto de menos la vida en prisión que intentó volver sin que nadie se diera cuenta tras ser puesto en libertad.
Detlef Federsohn, de 23 años, salió de la cárcel de
Josefstadt en Viena (Austria) después de cumplir una condena de dos años
por robo.
Sin embargo, la semana pasada fue arrestado de nuevo
después de que la policía fuera avisada debido a un presunto motín
después de ser visto en el tejado de la cárcel. ¿El motivo? Según el
joven, en la prisión lo trataban mejor que en su casa.
Fendersohn dijo: “La vida es mucho más fácil dentro.
Allí te alimentan, te lavan la ropa y te dejan ver la televisión que he
de decir que es mucho más de lo que hace mi madre. Así que pensé que si
podía entrar sin que nadie me viera, me podría mezclar entre los otros y
que los celadores no se darían cuenta.
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