Autor de la
obra: Manuel Martínez
ACTO I
Carlos un chico de 14 años,
espera sentado en la sacristía de la Iglesia donde va a casarse su madre. Su
amigo Luis intenta animarle.
LUIS: Vamos Carlos, ahora tienes
que animarte. Aunque sea hazlo por tu madre, piensa que ella por lo menos ahora
está acompañada.
CARLOS: Ya. Pero hace tan poco tiempo
que murió mi padre, que me parece que estuviéramos faltando a su memoria.
LUIS: Bueno, tu padre seguro que
estaría contento. Ahora vuestro tío va a cuidar de vosotros. Que mejor hombre
que su propio hermano.
CARLOS: ¿Su hermano?, ¿mi tío?, si yo
hubiera tenido un hermano, jamás se me habría ocurrido ponerle una mano encima
a su mujer, jamás.
LUIS: Tu tío está enamorado de tu
madre Carlos, eso puede pasarle a cualquiera.
CARLOS: No te engañes Luis, mi tío
quería esto, quería a mi madre, quería lo que tenía mi padre. Fíjate como me
mira, cuando lo hace a quien ve es a mi padre. No me soporta.
LUIS: Dale una oportunidad Carlos.
Espera a ver qué pasa… Parece que la gente está entrando en la Iglesia,
deberíamos volver a nuestros sitios Carlos.
Eva
asoma por la puerta.
EVA: Venga chicos tenéis que
volver ya. Carlos tu deberías estar ya en tu sitio.
Luis se levanta de su sitio y
le sigue. Frente al altar, unidos por sus manos. Carlos detrás de ellos los
observa desde su banco sentado solo. El bullicio de los demás invitados a la
boda inunda la Iglesia.
PARROCO: El amor es fruto de la unión
y el respeto, y es la más gozosa de las fiestas que podemos celebrar. Es por
ello que hoy estamos aquí reunidos…
CARLOS: (Soliloquio)
Pues habrá engañado a todo el mundo, pero a mí no me engaña, yo sé muy bien la
clase de persona que es. Si mi tío hubiera ayudado a mi padre cuando el banco
le quitó el taller, seguro que ahora estaría aquí con nosotros. Pobre papá,
ojalá te hubiera ayudado más, seguro que estarás revolviéndote en tu propia
tumba, viendo como tu propio hijo es testigo de esta farsa. Pero tranquilo, que
pronto podré desenmascarar a este villano.
PARROCO: Tu Marta ¿aceptas a Andrés
como tu legítimo esposo?
MARTA: Sí, acepto.
PARROCO: Y tu Andrés, ¿aceptas a Marta
como tu legítima esposa?
ANDRÉS: Sí, sí, sí. Sí, y mil veces
sí.
PARROCO: Yo os declaro marido y mujer…
(Tío de Carlos abraza a Marta
para besarla.)
0 comentarios:
Publicar un comentario